La capacidad de poder comunicar un mensaje y recibir información es más que una buena cualidad: es un requisito para establecer conexiones significativas hacia sus socios, subordinados, jefes, etc. Por esto, la comunicación es la base de cualquier negocio.
A continuación le presentamos algunas habilidades que es preciso desarrollar para poder convertirse en un buen comunicador.
Manejo de emociones: Tener inteligencia emocional, es decir tener la capacidad de manejar las emociones en vez de permitir que estas dominen sus decisiones es un punto clave para ser un buen comunicador.
Capacidad de enfocarse: Un buen comunicador, ya sea para hablar o para recibir información, pone atención a lo que se está comunicando y se olvida del multitasking mientras otra persona habla para poder concentrar toda su atención hacia el comunicador.
Aprenda a escuchar: Muy frecuentemente, hay personas que se enfocan más en lo que van a decir y en hacerse escuchar, pero no se enfocan en escuchar a sus colaboradores. Permita a sus socios hablar en sus próximas reuniones y luego aporte después de que hayan terminado de dar su punto.
Evite juzgar: Al dejar los juicios, es más posible entender a otras personas. Mantenga la mente abierta y evite juzgar a las personas por lo que aportan. De esta manera podrá forjar conexiones profundas.
Ofrezca retroalimentación: Juzgar a alguien y ofrecer retroalimentación son dos acciones distintas. La segunda implica escuchar lo que las demás personas le ofrecen y hacerles saber que lo que dicen es de interés. Haga preguntas para profundizar la conversación, repita algunos puntos importantes o puede ofrecer algún consejo.
Comunicación no verbal: El lenguaje corporal es tan importante como el verbal. La postura y los gestos pueden expresar más emociones de la que piensa. Debe existir una conexión entre lo que se está diciendo y el lenguaje que el cuerpo está transmitiendo para ser un buen comunicador.
Asertividad: Esto implica saber expresar lo que siente y piensa de manera sincera, aunque siempre respetando a los demás. Para lograr ser asertivo, es fundamental valorar las opiniones de los demás tanto como la de uno mismo y aprender a expresarla de manera respetuosa. De igual manera, ser asertivo significa aprender a decir “no” cuando sea necesario.